martes, 17 de enero de 2012

Hamlet y el psicoanálisis. Joan Fornés


Esta parte del blog pretende establecer la existente relación entre la tragedia de Shakespeare, Hamlet, y los estudios psicoanalíticos, sobretodo en lo que al Complejo de Edipo se refiere.
Introduciremos ahora brevemente tanto la obra como la corriente psicológica, para seguir con la parte central del trabajo, que girará sobre dos ejes básicos: Freud y la cultura literaria y la relación Edipo – Hamlet; para acabar con una conclusión donde se explicará en qué consiste el mito de Edipo y  la patología del Complejo Edípico.
 Hamlet es una de las obras cumbre dentro de la Literatura Universal, paradigma trágico, gran representante del Teatro Isabelino y con una profundidad psicológica de los personajes y una riqueza léxica difíciles de igualar. Muy innovadora en su época ya que rompió con los preceptos aristotélicos de la poética, donde se priorizaba la acción ante los personajes.
El Psicoanálisis es un conjunto de propuestas teóricas que dan comienzo y toman como base a Sigmund Freud, al respecto del cientificismo de la cual hay una gran polémica, ya que ésta no utiliza el método científico en su praxis. Ésta doctrina se basa en el tratamiento y el estudio de la zona inconsciente del alma o mente humana. Aunque todos reconocen a Freud como “padre” del psicoanálisis, éste tomó de las prácticas de Charcot y Breuer  lo que con el tiempo sería la base de la cultura psicoanalítica; y en cuanto a sus seguidores, destacan Adler, Carl Jung, Jaques Lacan entre otros.
Freud fue fuertemente influenciado por la cultura literaria, algo que podemos ver en el papel que juega la literatura en su obra,  un fundamento teórico que sirve para confirmar y validar hipótesis o hallazgos. Una clara muestra de esto es como Freud definió este  complejo: Complejo de Edipo. Usó el nombre de una de las grandes figuras de la literatura antigua, mito bastante recurrente en la historia literaria (Edipo de Voltaire, Edipo de Séneca) y muy admirado por Aristóteles en su Poética. Como Erich Frömm señala, el doctor judío recurre frecuentemente a la literatura para explicar sus “producciones inconscientes”


Freud se autoanalizó y descubrió en su infancia un deseo sexual hacia su madre del cual derivaba odio hacia su padre, rápidamente el psiquiatra vienés hizo la analogía con la tragedia Edipo Rey de Sófocles en un intento de dar universalidad a su hallazgo. Esta identificación representa la catarsis que Aristóteles señala como parte de la tragedia; aunque Freud quería ir más allá, que el Yo del espectador se identificase con el de Edipo para destapar así nuestros deseos inconscientes.
Entonces, en una carta a Whilhelm Fliess , el padre de la teoría psicoanalítica relaciona por vez primera las tragedias de Shakespeare y Sófocles; y el punto de contacto que entre ellas encuentra, es el complejo Edípico de Hamlet, diagnosticado por las dudas del protagonista de matar a Claudio, cuando la muerte de Polonio demostró que no temía matar, y su tío, además, había matado a su padre y se había casado con su madre. Freud opina que el príncipe duda porque la acción realizada por Claudio estuvo muchas veces en la mente de Hamlet, pero para ser ejecutada por él mismo. Por otro lado, Freud relaciona la obra con la vida de Shakespeare.
En cuanto a la profundidad psicológica de Edipo, me tomaré la libertad de citar directamente, dado la claridad y calidad de la expresión, a Starobinski: “Edipo, dramaturgia mítica en estado puro, manifiesta con el mínimo retoque. Edipo, pues, carece de inconsciente porque él es nuestro inconsciente, es decir, uno de los papeles capitales que ha desempeñado nuestro deseo. No hay necesidad de que exista en él la profundidad, porque él es nuestra profundidad. Por misteriosa que sea su aventura, el sentido es pleno y no hay ninguna laguna. No hay nada oculto. No hay lugar para sondear los móviles y las intenciones de Edipo. Más allá no hay nada que buscar, son los deseos parricidas e incestuosos sin más, expresados sin disfraz. Sería irrisorio atribuirle una psicología, él mismo es ya una instancia psíquica” (1)
Vemos como Edipo es un símbolo universal, mientras que Hamlet sería un símbolo literario; ya que Shakespeare nos invita a preguntarnos por los móviles del protagonista, hay cierta parte de la historia que el lector es quien debe reconstruir. Por tanto, hay diversas reconstrucciones posibles, no como en la tragedia griega, ya que deducimos su personalidad a través de los soliloquios de Hamlet.
Encontramos también una relación entre el príncipe danés y el psiquiatra vienés: mientras Hamlet usa una representación teatral para demostrar la culpabilidad de Claudio, Freud se sirve de un mito para explicar la patología que ha “descubierto”. Este último dijo del primero que era el paciente del que se debía ocupar cotidianamente.
Para acabar con ésta parte y antes de exponer, a modo de conclusión, el Complejo de Edipo,  vamos a hacer una breve síntesis.
En la aproximación freudiana a la literatura distinguimos el uso de personajes literarios para ilustrar con analogías isomorfas lo que observó de sus pacientes. Así como la necesidad de encontrar paradigmas que fundamenten y guíen la teoría psicoanalítica. Y, por último, la aplicación de ésta teoría al protagonista, o lo que es lo mismo, a la interpretación de la obra.
En definitiva la importancia de Hamlet en el desarrollo de la teoría psicoanalítica, del Complejo Edípico en particular, es la de ser la representación fiel de la figura de neurótico y/o acomplejado que Freud y sus discípulos tratan. Además de constituir una explicación análoga, tanto de los resultados de su auto análisis como de la personalidad que el doctor de Viena atribuyó al dramaturgo británico.
El mito de Edipo cuenta que al nacer éste, de Yocasta y Layo, reyes de Tebas, se consultó al oráculo como era tradicional en la época y la zona. El Oráculo de Delfos predijo que el rey sería asesinado por su hijo, quien se casaría con la esposa del primero, su propia madre. Layo entregó el recién nacido a un pastor, quien lo llevó a los pies del monte Citerón. Entonces otro pastor que se dirigía a Corinto lo llevó con él y lo entregó a los reyes de la Polis para que lo cuidaran.  Cuando Edipo ya mayor se dirigió al Oráculo, este le advirtió que mataría a su padre y se casaría con su madre. Asustado y creyendo que Pólibo y su esposa eran sus padres, huye de la ciudad para evitar la tragedia, con tan mala suerte que de camino a su nuevo hogar, Tebas, su encuentra con un viajero al que mata por haberle atropellado, dicho viajero era Layo.
Edipo llegó a Tebas y acertó la pregunta de la temida Esfinge, quien muy irada se lanzó al vacío suicidándose; la Polis estaba liberada. La recompensa de la hazaña fue casarse con la viuda Yocasta, y así se cumplió la profecía.
Fue entonces cuando una epidemia se ciñó sobre la ciudad. Edipo se dirigió al oráculo quien advirtió que el cese de la plaga se produciría cuando se encontrara al asesino de Layo. Cuando Edipo se dio cuenta que era él mismo, se sacó los ojos y se marchó de la ciudad. Yocasta se suicidó.
En cuanto al Complejo de Edipo, de Electra en el caso femenino, es cuando el niño, inconscientemente, siente impulsos amorosos y sexuales hacia su madre, lo cual genera odio hacia el padre por la competencia que éste supone. Según Freud, entre los 3 y 6 años todos pasamos por una fase psicosexual conocida como fálica (las otras son oral y anal) en la que sentimos atracción ante el progenitor de sexo opuesto y rivalidad ante el de sexo idéntico.


Bibliografía:
  -ARTÍCULOS
-Hamlet: del análisis psicológico al análisis psicoanalítico, Violeta Castrillo Salvador, Univesidad de Valladolid
-Freud y la cultura literaria, A. García de la Hoz, Revista salud mental y cultura
-De cómo Edipo llegó a ser complejo, Alejandro Córdoba
-Construyendo la subjetividad, Lic. Marianella Lorenzo
          -Tragedia, comedia y humor en el psicoanálisis, Carmen Elisa Escobar María
-LIBRO
         -STAROBINSKI J: La Relación Crítica (Psicoanálisis y Literatura) Pág. 234-235 Ed Taurus Madrid, 1974

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